Un enfoque fisioterapéutico. Como garantizar una actividad física segura y saludable en el gimnasio.


Sin lugar a duda, vivimos en la era del culto al cuerpo. A diario, somos sometidos a unImagen 1 infinito bombardeo publicitario que genera, en mayor o menor medida, la necesidad de alcanzar un cuerpo perfecto y de aproximarnos a un modelo estético estereotipado.

El poderoso marketing realizado a través de una extensa red de comunicaciones, ha sabido aprovechar el momento social idóneo para aumentar la demanda en todos los productos relacionados con la belleza y la mejora de nuestra apariencia física. El mercado de las cremas faciales “rejuvenecedoras”, los productos para adelgazar, los suplementos alimenticios para ponernos “cachas” y, por supuesto, el de los gimnasios, ha ido subiendo como la espuma a lo largo del presente siglo.

 

Es indiscutible que sentirnos bien con nuestro cuerpo y apariencia ayuda a elevar nuestra autoestima y a alcanzar muchas de nuestras metas. Sin embargo, la persecución del estado de forma óptimo puede volverse en nuestra contra y afectar a nuestra salud. La obsesión y la ansiedad por no lograr los éxitos en el tiempo esperado, así como las lesiones, podrían aparecer como consecuencia de un entrenamiento desestructurado y sin ningún tipo de fundamento.

 

Para aquellos que comienzan cualquier tipo de entrenamiento, un buen primer paso sería leer y aplicar los consejos que mi compañero Juan Manuel Vizuete expone en su post 10 de los errores más comunes cuando empezamos a hacer ejercicio.

Coincido plenamente con él. El primer paso es marcarse un objetivo. No podemos escoger un camino sin saber a dónde queremos llegar. El entrenamiento de una persona que quiere perder peso debe ser radicalmente distinto al de otra que entrena para aumentar el volumen de sus músculos, o bien, de aquel que va a una sala de musculación para mejorar el rendimiento de una práctica deportiva concreta o, prevenir sus posibles lesiones.

 

Concretados los objetivos realistas y cuantificables,  el siguiente peldaño consiste en planificar nuestro entrenamiento para alcanzarlos en un tiempo determinado y, de la mejor manera posible. Con esto me refiero a que no vale todo, no podemos pagar cualquier precio por ello y menos, si éste incluye un perjuicio para nuestra salud. Pese a que la práctica deportiva entraña ciertos riesgos, que debemos comprender y aceptar especialmente si vamos a llevarla a cabo a una intensidad elevada o a ritmo competitivo, tales riesgos pueden resultar insignificantes en comparación con los derivados de una vida sedentaria. Además, existe en la actualidad un abanico de profesionales capacitados para garantizar nuestra salud y seguridad que engloba desde el médico hasta el preparador físico, pasando por el podólogo, el nutricionista y el fisioterapeuta.

 

El preparador físico es el profesional mejor dotado no solo para planificar el entrenamiento más adecuado a cada individuo, sino de controlar su correcta ejecución. Cabe citar en esta línea, la cantidad de errores técnicos en la ejecución de diversos ejercicios que pueden observarse en una sala de musculación. Sin ir más lejos, tengo la desgracia de apreciarlos durante los entrenamientos en la sala de Live Sport Center. Dentro de un interminable listado quisiera citar algunos ejemplos:

 

  • Falta de control en la respiración en los ejercicios de entrenamiento de la fuerza. Un buen control de la respiración garantiza, entre otros, el correcto aporte de oxígeno para la musculatura y, el metabolismo de eliminación de las sustancias de deshecho sin los cuales el músculo es más propenso a la fatiga y al daño tisular.
  • Compensaciones realizadas por debilidad muscular. Esto es lo que puede denominarse “tirar hasta con las pestañas”. Quiero decir que no por levantar más peso nuestro entrenamiento es más eficaz. De hecho podemos disminuir su eficiencia y lesionarnos como por ejemplo, cuando arqueamos en exceso la columna lumbar o realizamos una antepulsión de la cabeza en ciertos ejercicios.
  • Alineación incorrecta de los segmentos corporales. En esta línea puede suponer un buen ejemplo el adelantamiento excesivo de las rodillas durante la realización de sentadillas, la abducción exagerada de las caderas durante las mismas que compromete a los aductores o bien, los que expone Juan de Dios Casco Ledesma en su post Cómo evitar las lesiones de hombros más comunes en el gimnasio.

 

Como punto y final, quisiera destacar el papel importante que la fisioterapia, en colaboración con la preparación física, desempeña en el ámbito preventivo. Un fisioterapeuta conoce además la biomecánica asociada a la patología y los mecanismos que conducen a su aparición. Por tanto, es también responsable de efectuar las correcciones de los errores citados con anterioridad, así como de la parte más puramente asistencial en la eliminación del dolor cuando aparecen las lesiones. De esta manera, desde Live Sport Center, apostamos por este servicio fisioterapéutico y por las herramientas utilizadas por el mismo como el masaje, la punción seca, el ejercicio terapéutico, etc.

 

A su entera disposición:

Javier Pereyra de los Ríos.Foto Javi

Fisioterapeuta del Centro médico Nenúfar y de Live Sport Center.

Experto en el abordaje conservador e invasivo del Síndrome de Dolor Miofascial.

Nº colegiado: 10025.

Un comentario en “Un enfoque fisioterapéutico. Como garantizar una actividad física segura y saludable en el gimnasio.

  1. Me parece muy interesante, este mismo chico Javier, me atendió a mí y me hizo desaparecer mis dolores de espalda, es un gran profesional, a la vez que una excelente persona, saludos.

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